TV, cerrado por vacaciones

Llega el verano, comienza el mes de Julio y la televisión se queda huérfana de contenidos, se trata de una reacción prácticamente inmediata que hace que la programación de las cadenas (a excepción de algunos programas) se convierta en un auténtico despropósito. ¿Por qué?

La respuesta es bien sencilla, los anunciantes, esos incansables que mantienen vivo el sistema, no saben dónde está su público. Puede ser que hayan ido de vacaciones en Julio, en Agosto o en Septiembre, los tres meses o ninguno. El público está de vacaciones pero, ¿alguien ha pensado que al tener más tiempo libre ven igual o más la televisión? La respuesta la sabremos solo si el público se queda en casa todas las vacaciones, ya que no hay audímetros en hoteles, ni apartamentos, ni en ningún otro establecimiento público; y por supuesto tampoco en segundas residencias. De modo que cuando las personas que poseen audímetro en casa (que existen y nos representan a todos, mejor o peor) se van a cualquier otro lugar durante sus vacaciones, para Sofres significa que ningún miembro de esa familia ha encendido el televisor en una semana, dos o un mes, y así lo trasladan a medios, agencias y anunciantes.

El resultado es: no hay inversión de los anunciantes y por lo tanto tampoco las cadenas hacen esfuerzos económicos. No crean, no invierten y repiten hasta la saciedad.

Pero la verdad es que el público está ahí detrás, consumiendo televisión de forma distinta al resto de año y siendo impactados por campañas de hace tres meses, de las cuales no son público objetivo, y con las que han topado gracias a que los medios regalan estos espacios exactamente de la misma manera que cuando vamos al super y nos dan un desodorante con el gel de ducha.