Fantaseo estos días imaginando a Risto, o a seguramente a su secretaria a tiempo parcial, llamando sin descanso a programas y televisiones tratando de conseguir entrevistas para su planificado “retorno”. Estas semanas podemos ver a Risto en platós tan variopintos como Buenafuente o La Noria tratando de vender su última creación, una novela. Risto trata de desmitificarse respondiendo unas preguntas que nadie le ha hecho pero prometiendo a su público que en su obra podrán encontrar más de lo mismo.
A pesar de su formación en publicidad y su continuo alarde de saber reconocer un buen producto, sigue pensando que su caída televisiva se debió a censura de Telecinco y no a datos de audiencias, y que sus críticas sólo son entendidas por personas inteligentes…Mala combinación para el prime time amigo.
Risto es el amo y señor casposo matacasposos, el Atila del teatrillo televisivo. Lo echo de menos.
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